Tres grandes corrientes en nuestro país han permeado las aulas de clases desde nuestros antepasados, una de ellas y quizá la más fuerte fue el catolicismo, que por mucho tiempo quiso enseñar a través de la moral, la memoria y el castigo todo aquello que la sociedad necesitaba enseñar, entonces encontramos los antiguos docentes partidarios de un conocimiento que debían transmitir de generación en generación, los estudiantes en ese momento llamados alumnos simplemente eran unos receptores de conocimiento, a su vez sin saber si quiera el fin ni el por qué tendrían que aprender todo esto, la enseñanza de la moral radicaba en apartar al alumno del mundo externos lleno de “pecado”, por lo que existían internados en donde el muchacho estaba a “salvo”; de esta corriente conocemos que muchos abuelos la vivieron y cuentan en sus historias los múltiples castigos a los que eran sometidos por no aprender de memoria los libros de catecismos y mas, una corriente que en nuestra época vemos como algo realmente aterrador pero que para ellos era algo normal para la época y pues de la que podemos destacar que la disciplina, el trabajo y la responsabilidad del alumno de entonces era mucho mejor que la del estudiante hoy en día, los que realmente fallo fue la metodología que utilizaban para impartirla.
Sin quedarnos allí en el catolicismo, llega a nuestro país la escuela activa…. Un gran cambio… demasiado para la época diríamos, que llego a proponer al estudiante ya no alumno sino un objeto de observación, el docente como un observador y la escuela como un laboratorio experimental, entonces de esta corriente podemos decir que fue una muy buena puntada en dirección de lo
que debe ser la educación el estudiante ahora un ente activo y un tutor que sería un guía en el proceso de aprendizaje; finalmente llega la tecnología educativa con sus currículos y organización, planeación, y mecanización de los procesos educativos.
De algún modo estas corrientes nunca fueron derrocadas unas por otras, algunas instituciones fueron acomodándose con ellas hasta convertirse en una mezcla de allá y de acá, escuelas católicas que se resistían al cambio y que de algún modo adaptaron procesos hacia lo activo al fin que el nacimiento del gimnasio moderno y las normales superiores fueron brindando otros horizontes de educación.
Todo esto fue expuesto durante la tutoría de historia de la educación junto con una gran frase muy popular por cierto “todo aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla”.