De gran importancia es reconocer y comprender el discurso y la práctica pedagógica desde la institución educativa y lo que ello implica, como también el Rescatar y valorar el discurso y las prácticas que maneja la comunidad con respecto a ella.
Entendemos por discurso, aquello relacionado con “lo que se dice de” y que desde el contexto escolar, está enfocado hacia el razonamiento y la exposición oral tejida de las experiencias y conocimientos que se poseen.
A manera teórica encontramos una explicación muy clara de lo que es un discurso
Serie de palabras y frases, convenientemente enlazadas, que sirven para expresar el pensamiento, para manifestar lo que se piensa o siente.Razonamiento de alguna extensión, dirigido por una persona a otra u otras, generalmente con el fin de enseñar o persuadir. Desarrollo del pensamiento que se efectúa mediante operaciones parciales sucesivamente encadenadas de una proposición a otra según un orden lógico. Como forma de razonamiento, el pensamiento discursivo se opone al intuitivo..., postulando un discurso no dirigido, libre de influencias, que permita la auto reflexión.
Mas introduciendo este concepto a nuestra tarea pedagógica, encontramos que el discurso en el contexto escolar, ha variado según las condiciones y cambios que ofrece la sociedad, nuestro país ha pasado de una pedagogía católica( tradicional) entre 1890 y 1927 fundamentada en que el maestro que es “ el que sabe” enseña a un niño que debe enderezar o corregir como un árbol o un animal, luego encontramos una pedagogía activa que nace con las obra pedagógicas de psicólogos y pedagogos donde se abrió un espacio y se conecto al estudiante como un ente activo en el proceso de aprendizaje.
Finalmente, encontramos un discurso desde una corriente pedagógica más actual como lo es la introducción de la técnica tecnología educativa, donde el planeamiento educativo es el proceso fundamental de la educación, con ello nuestro discurso docente se basa en una serie de preguntas sobre nuestra labor ¿qué hacer? ¡Para qué? ¿Por qué?, este planeamiento nos enseña a encontrar sentido de nuestra tarea en el estudiante y lo que queremos lograr en el, que por ser ya un ente activo en el proceso también crea su propio discurso que responde más al deseo de satisfacer sus necesidades; esto me lleva un poco a retomar el gran aporte del psicólogo Abraham Maslow, a cerca de la jerarquía de las necesidades del ser humano, y las cuales van en busca de una autorrealización, que no debemos desconocer a la hora de representar el discurso en la práctica pedagógica, sin separarnos del discurso que presenta la familia en cuanto a la tarea de la instituciones, en la que encontramos un imaginario colectivo de dejarle a esta toda la responsabilidad, en la que muchas veces ni siquiera coinciden los discursos desde la institución, con los factores culturales de las familia, las tradiciones y los modelos de crianza, un ejemplo de ello es un estudiante que interesado por las problemáticas sociales, sobre el consumo de drogas, la institución realiza sensibilización y apoyo haciéndolas ver como ofensivas y dañinas, mientras que ese mismo estudiante, vive una perspectiva diferente desde su casa donde la venta y /o el consumo de drogas son su única fuente de ingresos económicos , este es un caso y hay muchos más como este que nos reflejan que discursos y practicas pedagógicas no están yendo de la mano y es ahí donde entramos nosotros y la importancia de este curso, para investigar y evaluar esa estrecha relación entre el discurso y la práctica.
Ahora bien, si relacionamos este discurso con la práctica pedagógica, encontramos una serie de factores que inciden y se convierten en un determinante en el proceso, como los factores culturales, socioeconómicos, políticos, etc., que pueden variar ya desde un plano personal la practica pedagógica, sin embargo no debemos desconocer que el discurso pedagógico es uno y que va de la mano con la filosofía de las instituciones, con los estándares y lineamientos, como las competencias que en definitiva son las que priman, ya que permitirá que durante esta tarea se logre formar un estudiante desde todos los ámbitos, pasos y etapas del desarrollo humano, y por qué no desde este contexto escolar formar familias, hacia un interés de cambio y de compromiso frente a estos discursos.
Por último debemos reconocer la que la investigación aporta al desarrollo de los proceso pedagógicos al interior de la comunidad educativa, es aquí donde encontramos la importancia y la relación de este curso ( familia, comunidad y medio ambiente) con nuestro que hacer pedagógico, pues es la investigación la que nos permite conocer y evaluar los discursos que giran en torno a la comunidad con respecto a la función que cumplen las instituciones educativas, como también nos permite evaluar el contexto, para así reflexionar y analizar las formas cómo se relaciona la comunidad y la familia, con los niños y las niñas en la escuela, y de qué manera inciden en su desarrollo integral como sus representaciones y el imaginarios colectivo.
Esto desde el punto de reconocer que el núcleo de formación de este curso nos invita a los estudiantes de pedagogía infantil a reconocer la familia y la comunidad como contextos de estudio ,que ofrecen un apoyo a la investigación formativa , como también la posibilidad de entender los procesos de educación y socialización en el desarrollo integral del niño o niña de 0 a 7 años, para que como futuros pedagogos logremos indagar sobre la realidad educacional del niño o niña desde el contexto familiar y comunitario, su cultura, las costumbres y tradiciones, modelos de crianza, las formas de comunicación e interacción, entre otros.
Para terminar un pensamiento, hemos recorrido algunos metros del camino que ya conocemos y han alimentado nuestro perfil docente, pero adelante nos esperan caminos desconocidos y si no los investigamos, seguramente caeremos solo con la primera piedra que tropecemos.